Se trata de una reinterpretación de La joven de la Perla. Para ello, debíamos elegir una pintura famosa e integrar algún elemento que de cierta manera, nos recordase al mar. Esta actividad, duró meses, ya que además, coincidió con la cuarentena por el Covid-19.

 

 Cómo podéis observar, el detalle que cambié del cuadro, fue la perla por una concha. Realmente, en un principio, estaba muy indecisa sobre qué añadirle, y como no quería que el cuadro perdiese su esencia, tampoco necesitaba algo muy notorio, así que pensé que cambiarle el pendiente podría ser una buena opción.

 

Por otra parte, he de decir que de tanto comparar el cuadro real con el mío, quizás me obsesioné un poco con los detalles y con las diferentes tonalidades, pero el mayor error que creo haber hecho, es haber intentado cambiar de tono de piel, ja que el rostro que tenía en un principio, se acerca más al cuadro original. Sin embargo, aunque haya varios errores, estoy satisfecha con el resultado final, y creo que me ha ayudado mucho a mejorar con el óleo.